viernes, 10 de febrero de 2012

Los grandes también caen. Segunda Parte

En esta prometida segunda parte, continuaré con el recorrido por aquellos clubes denominados “grandes” que les ha tocado descender de categoría y han sabido dar un salto de calidad, no sólo para volver a la máxima división, sino fundar a partir de esa desgracia las épocas más brillantes de su historia. Ya vimos en la primera nota cómo, para los dos más grandes equipos de Inglaterra, la relegación a la Second Division y su posterior regreso (más duro para Liverpool que para Manchester) implicó el renacer de la historia grande que no habían dejado de tener pero de la que aprenderían mucho para no volver a cometer esos errores. Mientras que en estos dos primeros casos las circunstancias que llevaron a las instituciones a perder la categoría fueron puramente deportivas, en los clubes que detallaré a continuación el descenso tendrá otras implicancias mucho más polémicas y controversiales que marcan también las características y la historia de este país. Ya verán de qué les estoy hablando.

Que Inglaterra e Italia son dos países bien distintos todo el mundo lo sabe. Por más que los una un mismo continente, las diferencias culturales y sociales marcan un gran abismo entre ambos. Como no podía ser de otra manera, el fútbol también refleja estos matices, separando a ambos estilos de juego y ubicándolos casi en las antípodas si de gustos hablamos. No me detendré en este punto ya que basta con ver un par de simples videos para darse cuenta de lo que digo. Lo cierto es que en cuestión de grandeza, en Italia la cosa también se divide entre algunos pocos equipos. Los clubes más ganadores del Calcio Italiano son, como casi todos se darán cuenta, Juventus, Milan e Inter en orden de importancia. Curiosamente, el de menos títulos de ellos tres -el Internazionale de Milán- es el único que nunca ha perdido la categoría de los denominados grandes en Italia. Si, aunque parezca asombroso y hasta increíble, Juventus y Milan han descendido alguna vez en su historia.

El equipo que entró en la historia negra del club debido al escandalo.
Cuando en marzo de 1980 el comerciante de Roma, Massimo Cruciani, realizó una denuncia intempestiva por estafa en unas apuestas ilegales, muy pocos medios prestaron atención al asunto. Ante la incredulidad de muchos, el asunto comenzó a adquirir más y más volumen como una bola de nieve que comienza a caer por la ladera de la montaña. Cuando las miradas de la justicia recayeron en varios jugadores de la Seria A y Serie B Italiana así como en el presidente del AC Milan, Felice Colombo, la cuestión ya se había transformado en una avalancha que amenazaba con arrastrar a varios. Por el caso que comenzó a conocerse como el “Totonero” (algo así como “quiniela negra” en italiano), fueron detenidos varios jugadores de Lazio, Lecce, Avellino, Génoa, Palermo, Bolonia, Nápoli, Milan y Perugia, además del mencionado dirigente algunos de ellos más. Entre los jugadores que se vieron implicados en este caso sobresale la figura de Paolo Rossi (jugador del Perugia), glorificado dos años más tarde luego de la concreción del Mundial de Fútbol en España con la selección italiana. La sentencia que saldría rápidamente unos meses después de estallar el escándalo, inhabilitaba a 18 jugadores profesionales y decretaba duras penas a las instituciones implicadas, entre ellas Lazio y Milan sufrirían el descenso automático a la Serie B. Una pena que resultaría ejemplar y que sentaría un poderoso precedente que será aplicado años mas tarde como veremos a continuación.    
 

Los grandes también caen. Primera Parte

El fútbol cada tanto nos depara alguna que otra sorpresa. Es que de eso se alimenta este deporte y lo hace el más emotivo de todos. El suspenso, el asombro constante, la falta de lógica por momentos, la imprevisión y hasta lo imposible forman parte de la batería diaria de características que podemos ir agregando día tras día, año tras año, a esta disciplina tan similar a nuestro comportamiento social como seres humanos. Es quizás por esto que el fútbol sea un deporte tan popular, por la seguridad de lo inseguro, por la espera de lo inesperado. Así como la historia de la Grecia antigua, la historia del fútbol se compone tanto de éxitos y hazañas como de fracasos y tragedias. Tal vez más de unos que de otros. Lo cierto es que todo gran pasado y presente posee su necesaria cuota de dramatismo y tristeza por el sabor amargo de la derrota, que engrandece aun más la historia de un club, un jugador o un país.

Los casos de los llamados “equipos grandes” que han sabido lo que es el abismo del descenso ya suman más de una decena. Queda para otro momento la discusión de a que club le agregamos el mote de “grande”; lo cierto es que así se denomina comúnmente a aquellos equipos con un rico pasado en cuanto a logros y proezas, independientemente de su posición actual que puede variar notablemente con respecto a los éxitos de antaño. Pero esto último lo dejaré para la segunda parte de esta nota donde retomaré el tema. Comencemos a recorrer este camino allá lejos en el tiempo hasta la actualidad, y llegar a la indefectible conclusión que, como dice el dicho, un tropezón no es caída; es más, para muchos clubes -como veremos- ese paso hacia atrás representó el comienzo de una historia muchas más gloriosa que la que hasta entonces parecía marcar su porvenir.

El fútbol inglés es un caso muy particular donde se encuentran el mayor número de clubes que han alcanzado la cima de Europa y que, a su vez, han sufrido en carne propia el fuego del infierno. Inglaterra es el único país donde todos los clubes de Primera División han descendido, con una particular excepción: el Wigan Athletic, que desde su ascenso en 2005 a la Premier League no ha perdido la categoría hasta la fecha. A diferencia de lo que sucede en el resto de los países donde se practica el fútbol, en Inglaterra nadie se podrá enorgullecer de nunca haber visto a su equipo en la Segunda o hasta Tercera División. Ni siquiera los máximos campeones como Manchester United, Liverpool, Arsenal, Everton o Aston Villa poseen este privilegio.
Bill Shankly. El hombre de la nueva era en Liverpool.
Llegando a la mitad de la década del ’50 nadie hubiera pensado en la gran ciudad de Liverpool que luego de su auspiciosa fundación en 1892, el club más popular jugaría nada más y nada menos que 8 años en la Second Division. Efectivamente fue así. Luego de una desastrosa campaña en 1954 el Liverpool FC descendía de categoría ante la incredulidad de sus hinchas que no podían asimilar cómo un club que, ya a esa altura, había logrado cinco títulos de liga pudiera caer tan estrepitosamente. Las campañas en el ascenso inglés no fueron ni una, ni dos, ni tres, sino siete, logrando finalmente ascender en 1962 luego de una racha que algunos podrían titular de mala suerte al alcanzar varios y sucesivos terceros puestos. Tres años antes, en 1959, entraría en las oficinas de Anfield Road la persona que cambiaría la historia del club para siempre: Bill Shankly. Con él, Liverpool no sólo logró volver a la máxima categoría sino que también alcanzó la cumbre de su país y de Europa. 3 Ligas Inglesas (’64, ’66 y ‘73), 3 Community Shield (’64, ’65 y ‘66), 2 F.A. Cup (’65 y ‘74) y la Copa EUFA de 1973, fueron los títulos que comenzaron a engrosar la multitudinaria vitrina de Liverpool. Para los Reds, el descenso no sólo significo el fin de una era sino también el comienzo de la época dorada del club que se mantiene hasta nuestros días.